Hablar del Día Mundial del Agua en los territorios ancestrales, (22 de marzo), es crucial porque el agua no solo es un recurso natural, sino también un elemento sagrado y vital para la identidad, la cultura y la supervivencia de las comunidades afrodescendientes e indígenas, así como también en las ciudades. En estos territorios, el agua está estrechamente ligada a la espiritualidad, la memoria colectiva y las prácticas tradicionales de cuidado de la naturaleza.