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Ecuador: política y mujeres

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Mujeres en la política ecuatoriana.

La participación de las mujeres en la política ecuatoriana se amplia cuando emerge el concepto de ciudadanía en el Ecuador, se abre el camino para que las mujeres puedan participar de manera directa en crear y consolidar leyes y acciones en distintos escenarios políticos; hacer posible la igualdad de género para las ecuatorianas, permitió pensar y desarrollar la vida, desde varias lógicas multidimensionales de inclusión social. Para conocer más...

 

MUJERES QUE DEJARON HUELLA EN LA HISTORIA ECUATORIANA.

 

Ecuador en la historia de las mujeres en Latinoamericana se caracteriza por tener una importante trayectoria de participación de sus mujeres en la política, los antecedentes históricos evidencian que es uno de los países pionero en reconocer y ejercer el voto de la mujer; una importante lucha que se dio a inicios de la década de 1920, con el argumento de que este derecho estaba contemplado en la Constitución de 1827... Matilde Hidalgo de Procel, fue la primera mujer que el 2 de mayo de 1924 quedó empadronada; después de haber reclamado con gran elocuencia su derecho a votar en condiciones de igualdad de género. (Salta el texto y escucha el audio del programa.)

 

En 1929 la constitución reconoció a las mujeres como ciudadanas lo que dio paso para que años más tarde se reconociera de manera legítima y real el voto femenino.
A principios de la década de los 40 las mujeres que hicieron parte de la lucha para ser empadronadas y de poder ejercer el derecho al voto; comenzaron en la búsqueda de ocupar espacios de gobierno para ejercer cargos de asambleístas, diputados y vicepresidentes del país; proceso que se ha dado a la par del transitar de la política Ecuatoriana, donde las mujeres no solo han ganado la lucha por derechos políticos y sociales, sino que han ido ocupando espacios políticos que se crean desde las propuestas y la voz de las mujeres; creando así otras relaciones, estrategias y normatividad que incluye las problemáticas y los intereses de este sector de la sociedad porque antes era relegado o no se le daba la importancia que tiene en la sociedad.

Por eso en la trayectoria política de la mujer en el Ecuador es importante hablar de aspectos como:

Las etapas del proceso político femenino.

Cuando emerge el concepto de ciudadanía en el Ecuador, se abre el camino para que las mujeres puedan participar de manera directa en crear y consolidar leyes y acciones en distintos escenarios políticos; hacer posible la igualdad de género para las ecuatorianas, permitió pensar y desarrollar la vida, desde varias lógicas multidimensionales de inclusión social.

Se amplío el empoderamiento de las decisiones en espacios de la política pública, y se acrecentó el interés por la participación y la representación con objetivos claros de alcanzar poder; en síntesis es la posibilidad de aportar y construir país con política desde el pensamiento propio de las mujeres, desde sus intereses particulares y desde las necesidades con voz y rostro de las mujeres ecuatorianas.

Esta experiencia en el ámbito político es bastante reciente, a pesar de que; en las anteriores constituciones a la de 1998; se habían escrito varios artículos que contemplaban los derechos de las mujeres a partir de verlas como ciudadanas; después de 1998 el avance se da al incluir la igualdad de género como eje central para la participación y la toma de decisiones en la política; situación que no se estancó, porque en el 2008 se tenía no solo parida de género, sino también ejercicio del voto y alternancia de género en la política; es decir prácticamente se contaba con condiciones mínimas para desarrollar acciones políticas con mayor complejidad y alcances.

En este proceso un elemento clave al cual se le es obligatorio hacer referencia es a la creación de normas reglamentarias para dar cumplimiento a los artículos escritos en la constitución; proceso que culminó con la ejecución de: La Ley Orgánica de Participación, la ley Orgánica de Elecciones y el código de la Democracia y para el caso de los partidos y movimientos políticos se colocó la norma obligatoria de integración de mujeres a las listas para elecciones con paridad y alternancia; lo que institucionalizó una política clara y la abierta participación de la mujer en el mundo de la política nacional.

La legislación del 50 – 50

La legislación del 50-50, corresponde a la participación de las mujeres en un porcentaje igual al de los hombres; comienza a aparecer con la constitución de 1998, donde explícitamente se incorporó la participación en funciones públicas, aunque inicialmente solo fue en un 30% pero con la condición que con el paso del tiempo esté debería llegar al 50%; sin embargo el ejercicio de la participación no termina en el cumplimiento de una cuota política, sino que está atravesado por lograr que más allá de reconocer a la mujer como ciudadana, se le puede entender y respetar en su accionar como un sujeto de transformación social, que fortalece los objetivos y la participación en los procesos democráticos.

Por eso en el Ecuador aún es mucho lo que falta por hacer; si bien encontramos que en la constitución existen las condiciones para que la mujer desarrolle libremente sus procesos políticos; aún en la cultura no se comparten aspectos y prácticas que incorporen la participación equitativa de las mujeres, lo cual amerita el interés y el trabajo de políticas públicas y prácticas cotidianas de respeto e inclusión por parte de todos los sectores e instituciones que integran la sociedad.

Pero frente a esta situación, los movimientos de mujeres han hecho todo su esfuerzo por posicionarse tanto con sus discursos y sus acciones, para pasar de ser representadas a participar y sobre todo a manifestar y denunciar la violación y la exclusión de sus derechos; así lo manifestó la Asambleísta Soledad Buendía cuando se le pregunto sobre el tema:

Retos para las mujeres en la política ecuatoriana.

Aunque en varios de estos aspectos las mujeres ecuatorianas vienen trabajando de manera progresiva, sin embargo se debe tener en cuenta que aún falta trabajar por tener una amplia formación académica, una actitud propositiva basada en el conocimiento empírico de las problemáticas de los contextos, seguir en el trabajo de ampliar y desarrollar prácticas de la división sexual del trabajo, donde mujeres y hombres estén en igualdad de condiciones.

Hay que modificar en la cultura los aspectos y prácticas que socaban la autoestima de las mujeres que no sólo es violentada por los hombres sino por múltiples instituciones sociales, hay que trabajar en que la participación pública de las mujeres para que no sean estereotipada socialmente.

 

 

 
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